• Las Todólogas

Las Todólogas

Nos Cayó el 20

Introducción

¿Quienes responden a la violencia contra las mujeres en México? Ante las carencias del Estado, las activistas han tenido que convertirse en todólogas para dar acompañamiento. Así es el caso de Naaxwiin, una organización de mujeres en Oaxaca quienes brindan acompañamiento para mujeres indígenas en alguna situación de violencia. 

Yolanda Segura:

Yo soy Yolanda Segura. Estás escuchando “Nos cayó el veinte”, un podcast que nos acerca a diversas realidades durante la pandemia. Para conectar. Escucharnos. Una moneda tras otra.

(Sonido: Mujeres en marcha durante el 8 de marzo)

¿Se acuerdan del 8 de marzo? ¿De las marchas? ¿Del paro nacional? Esas miles de personas caminando hombro con hombro, gritando consignas, diferentes generaciones de mujeres por toda la República. Sí, eso pasó este año, aunque se siente como si fuera hace mucho. Y luego… Medidas de distanciamiento y aislamiento social, el “quédate en casa”. ¿Qué pasó con toda la energía del 8 de marzo, las acciones y la indignación de tantas mujeres exigiendo una vida libre de violencia? ¿Qué pasa con la violencia contra las mujeres? Muchas personas que antes de la pandemia vivían violencia en sus casas, de repente se vieron obligadas a pasar aún más tiempo conviviendo con sus agresores.

(Sonido: se descuelga auricular) (Sonido: teléfono da tono)

Te presentamos nuestro sexto y último episodio: “Las Todologas”.

(Sonido: alguien presionando teclas de un teléfono)

La todología es una idea que surge en los años 50 –la idea de saber un poco de todo– de filosofía, teología, ética etc… Pero hay otro significado vinculado con las diversas luchas de derechos humanos. A raíz de las carencias del Estado, ahora las todólogas son quienes tienen que saber un poco de todo –de medicina, de psicología, de leyes– para que se haga justicia porque de otro modo reinaría la impunidad y las violaciones a derechos humanos quedarían en el olvido. ¿Quiénes responden a la violencia contra las mujeres en México? ¿Quienes dan la cara ante la crisis?

(Sonido: moneda deslizándose por la ranura del teléfono) (Sonido: cae la moneda)

Nicole Huete:

La violencia contra las mujeres o la crisis de violencia contra las mujeres que vivimos en México no es nueva, o sea es algo que ya veníamos viendo desde hace unos años, pero definitivamente algo cambió con la pandemia.

Yolanda Segura:

Ella es Nicole Huete, analista de políticas públicas. Trabaja en Intersecta, una organización que se dedica a la promoción e investigación de políticas para la igualdad. Intersecta analiza datos públicos para entender la violencia contra las mujeres y la respuesta del Estado ante esta.

Nicole Huete:

Lo que nosotras pudimos hacer fue tomar como piezas del rompecabezas para empezar a armar una explicación de qué estaba pasando, analizamos los primeros meses de la pandemia hasta mayo y encontramos que las mujeres estaban pidiendo más ayuda a los servicios de emergencia, como es el 911 o la línea Mujeres de la ciudad de México de Locatel y que no solamente estaban pidiendo más ayuda, sino que les estaban negando estos servicios: las órdenes de protección que pueden pedir las mujeres no se estaban dando como deberían, en los tribunales no tenían claridad en cómo continuar los servicios para estas mujeres y por el otro lado tienes a los refugios a tope y a muchísimas mujeres pidiendo ayuda para ellas y para sus hijos, hijas, hijes. Entonces pues es una combinación de factores que definitivamente dejaban a las mujeres en una situación de mucha indefensión y de mucha vulnerabilidad por las fallas del Estado.

Yolanda Segura:

La Red Nacional de Refugios es una red de 40 Refugios y 35 Centros de Atención Externa, tanto públicos como privados. La red cuenta con refugios, casas de emergencia y casas de transición para mujeres y sus hijes que se encuentran en alguna situación de violencia familiar. Andrea es una de las muchas mujeres que ha acudido a un refugio durante la pandemia. Su voz ha sido distorsionada para proteger su identidad.

Andrea:

Tengo una semana que llegué al refugio, no pensé que tuviera que salir huyendo de mi casa dentro del coronavirus. Cuando yo me salía a trabajar, él también se iba y llegaba muy noche o a veces llegaba hasta el fin de semana porque él es policía y cuando dijeron que había llegado a México el coronavirus, me dijo que ya no iba a trabajar porque le dieron días de descanso y se me vino todo encima porque cuando él estaba más de cuatro horas en la casa era muy feo, era estar en una prisión, todo le molestaba, gritos insultos delante de mi hijo, no le importaba, incrementó la violencia sexual, me revisaba el celular… Hasta que un día en la noche se enojó porque el niño empezó a tener temperatura, yo me preocupé y cuando menos sentí estaba ya tirada, cuando recobre la conciencia y vi a mi hijo tirado a mi lado, llorando, supe que él no se merecía lo que estaba pasando y yo tampoco, así que mientras él me pedía perdón, yo estaba pensando en cómo salirme de eso. Busqué el teléfono de la Red Nacional y vi que había face, les escribí, les dije dónde estaba, me preguntaron por primera vez si estaba bien, si tenía alguna lesión, nadie me había preguntado eso, les conté todo y me sugirieron que hacer, me mandaron una imagen donde dice qué hacer si estás en una situación de violencia y con unos números y ahí le hablé al teléfono de la red y sí, llegué a un refugio donde dormí tranquila, donde mi hijo y yo estamos sin ser agredidos, donde me han tratado como persona y donde he vuelto a creer.

Nicole Huete:

No han dejado de llamar las mujeres al 911 en estos volúmenes nunca antes vistos y no han dejado de presentar denuncias por violencia familiar, porque algo que pasó en los primeros meses de la pandemia fue precisamente que se redujeron muchísimo las denuncias por violencia familiar y un poco a partir de eso se tomó esta narrativa de que entonces no estaba pasando nada, pero la realidad era que las fiscalías te estaban mandando a tu casa si no estabas casi casi que a punto de morirte, o sea si no era tentativa de feminicidio te decían regresese a su casa, estamos en una pandemia. Entonces no estaban recibiendo las denuncias, que ahora en octubre –es el último mes para el que tenemos datos– la tasa de denuncias por violencia familiar es la más alta que hemos tenido desde que se empezó a publicar esta información en 2015, entonces marzo había sido el mes hasta entonces con la tasa más alta después viene la pandemia y bajan las tasas de violencia familiar, pero empiezan a repuntar y octubre es el mes con la tasa más alta en todo el tiempo que tenemos registro, entonces esto nos está diciendo que definitivamente el problema no se ha reducido y que las mujeres no están encontrando los apoyos o los servicios por parte del gobierno que necesitan.

Yolanda Segura:

Los problemas siguen existiendo, incluso se han agravado. Vivimos en un país donde el gobierno publica datos que muestran un aumento en la violencia contra las mujeres, pero luego el presidente dice.

(Archivo, conferencia mañanera de Andres Manuel López Obrador)

AMLO:

Bueno, en el caso de la violencia en general y la violencia contra las mujeres no hemos nosotros advertido un incremento…

Yolanda Segura:

Pareciera que dentro del mismo gobierno no se ponen de acuerdo. Mientras tanto, las mujeres huyen de la violencia y no encuentran apoyo del gobierno, ¿a dónde van?

Nicole Huete:

La gran mayoría de quienes llenan el vacío de los servicios que no puede proveer el Estado es la sociedad civil, que provee servicios a mujeres que experimentan violencia y a sus hijas, hijos, hijes, desde antes de la pandemia.

Yolanda Segura:

Cuando hablamos de la violencia contra las mujeres, es un tema que se cruza con el contexto y la identidad de cada persona que la vive. Hay mujeres trans, mujeres indígenas, afrodescendientes, madres, migrantes, mujeres de población callejera o privadas de libertad entre un sinfín de realidades.

(Sonido: moneda deslizándose por la ranura del teléfono) (Sonido: cae la moneda)

(Música del Istmo de Tehuantepec)

Para este episodio viajamos al Istmo de Tehuantepec en Oaxaca. El Centro para los derechos de la mujer, Naaxwiin AC. se encuentra en Matías Romero. Naaxwiin brinda acompañamiento para mujeres indígenas en alguna situación de violencia. Hablamos con Constanza, una de las líderes de la organización.

Constanza:

Naaxwiin significa: Naax es tierra, wiin es ojo, está en la lengua mixe, lugar donde todos y todas cabemos, nuestra madre tierra, eso significa Naaxwiin. Nos constituimos en el año 2000, iniciamos a trabajar lo que es la Casa de Salud de las mujeres indígenas en el 2003, lo que es, el servicio que se brinda aquí es asesoría jurídica, atención psicológica, el apoyo emocional, acompañamiento y traducción a las mujeres que lo requieren ante las instancias donde corresponden sus casos o asuntos.

Yolanda Segura:

Platicamos también con Rubí, otra de las líderes de Naaxwiin.

Rubí:

Tenemos acciones estratégicas que es la atención del cual habla Constanza, hay un centro de atención aquí en la casa de la mujer indígena donde se brindan estos servicios que ella ya mencionó, hacemos acciones de prevención que nosotros le llamamos trabajo comunitario porque es más amplio también, la prevención está enfocada en dar pláticas, talleres de sensibilización, ya sea a las autoridades para que conozcan y respeten los derechos de las mujeres y los puedan apoyar, talleres de sensibilización a hombres para que reconozcan que las mujeres también tienen derecho, que siempre se ha vivido en desigualdad, por eso también se incluye la reflexión del tema de género, el tema de las nuevas masculinidades. Con jóvenes y adolescentes se trabaja el tema de la educación sexual, para prevenir el abuso sexual infantil, para prevenir las enfermedades de transmisión sexual, para prevenir los embarazos no deseados y la violencia durante el noviazgo. Con las mujeres también se hacen pláticas, talleres, encuentros, foros, intercambios, para que ellas también conozcan que tienen derecho y dónde pueden acudir cuando se violan estos derechos. La importancia sobre todo de estar organizada para defender sus derechos.

Yolanda Segura:

Naaxwiin lleva 20 años trabajando con las mujeres en las comunidades alrededor, algunas a una o dos horas de Matías Romero. Constanza nos cuenta cómo ella se integró a esta lucha.

Constanza:

¿Cómo me sentí cuando yo me integro a la organización y empiezo a participar en talleres sobre los derechos de las mujeres? Entonces yo me doy cuenta que mis derechos se estaban violando y que yo no decía nada, quería decir que pues yo lo aceptaba, que se violaran esos derechos y que yo nunca lo había conocido. ¿Cuáles son mis derechos y cuándo se violan? ¿Cuándo se ha violentado mi cuerpo? ¿Qué tipos de violencia estaba yo viviendo? Entonces desde ahí yo me doy cuenta que no es normal, que ni es bueno para mi salud, porque vivir en la violencia pues ¿qué genera? te dispersa, en mera preocupación y ya no tenemos el apetito, y siempre pues decía “yo tengo la culpa por no haber hecho esto, yo tengo la culpa porque no me apuré…” y siempre culpandome de las cosas que pasaban y que por eso me regañaba. Entonces yo desde ahí me doy cuenta que no era así, o sea que yo no tenía culpa de nada, el machismo está muy enraizado, siempre se le ha dado ese poder, ese reconocimiento a los hombres y las mujeres hemos vivido en la subordinación y no ha habido un espacio, no ha habido un momento de crecimiento para nosotras las mujeres y pues siempre ha habido una desigualdad más para las mujeres indígenas, no se nos dio esta oportunidad de estudiar, de terminar la primaria, de estudiar una carrera, de: “no porque tú eres mujer, tú no lo vas a ejercer”. Siempre los padres nos decían eso, porque pues es una cultura machista que ha estado siempre sobre nosotras las mujeres.

Rubi:

Yo digo que la violencia siempre ha existido, la violencia como lo decía desde un principio, no era reconocida como un problema social, sino como un problema que se tenía que resolver en la familia y pues también se ve esa parte, cuando anteriormente era algo escondido, aislado, del cual no se hablaba y que las mujeres no sabían adónde acudir, no sabían si tenían derecho, no sabían quién les iba a ayudar, porque si se refugiaban con la mamá, con la suegra, pues le volvían a decir lo mismo, que se aguantara, que seguramente era su culpa, revictimizando nuevamente a las mujeres, pero hoy en día a las mujeres se atreven a denunciar, dan ese primer paso, pero sí se requiere mucho ese apoyo, ese acompañamiento, porque si no lo encuentran pues las mujeres se desaniman y vuelven a regresar al ciclo de la violencia. Y ahora el gran reto es el acceso a la justicia, las mujeres ya empiezan a reconocer que tienen derechos y que pueden exigirlo, pero ahí la barrera, la gran barrera ahorita en el tema de violencia es el acceso a la justicia, porque el sistema de justicia no cuenta con perspectiva de género ni con pertinencia cultural, no hay intérpretes y traductores indígenas que puedan brindar esa asesoría, acompañamiento a las mujeres que hablan una lengua, entonces ahí se genera la desigualdad de la justicia.

Yolanda Segura:

En el Istmo de Tehuantepec hay diversos grupos indígenas que hablan distintas lenguas. Las mujeres que forman parte de Nääxwiin hablan y brindan servicios en Mixe, una de esas lenguas. Ser acompañante significa muchas cosas, con el tema de la violencia contra las mujeres se refiere a caminar junto a la mujer en busqueda de justicia. Esto puede implicar atención psicológica, orientación legal, gestionar trámites o viajes, gastos, e incluso interpretar en caso de que el estado no brinde atención en su lengua. A veces, este trabajo implica riesgos para las usuarias y acompañantes, quienes han desarrollado una serie de protocolos de seguridad.

Constanza:

Acompañé a una madre que su hija fue violada por el mismo padre, entonces el proceso fue largo, el dictamen médico, tiene que venir un día, el dictamen psicológica llega y no llegó la perito que es de la –que debe ser de la fiscalía, porque psicólogo así de particular no es válido– ni el médico debe ser de la fiscalía para que tenga ese peso, esta validez. A la hora del juicio es un ir y venir cada tercer día, cada ocho días, hasta que llegan. Siempre hay obstáculos, la perito psicóloga viene de Juchitán y si hay un bloqueo por ahí, pues ya no llegó la mujer vino a regresarse.

Yolanda Segura:

Juchitán queda a unos 40 minutos de Matías Romero en coche, por una carretera donde muchas veces hay bloqueos por grupos manifestándose o incluso por el narco, Así, a veces las dos ciudades se quedan incomunicadas.

Constanza:

Y así tiene que dar vueltas este asunto del que le hablo duró dos años en que ella reunía todos los requisitos para que saliera la orden de aprehensión y ella misma se lo entregó a los policías ministeriales para que lo aprehendieran y la juez lo tuvo que soltar, después de 72 horas y pues la mujer estaba deshecha porque decía: “Ahora sí estoy en grave problema porque mi vida corre peligro, el agresor ya quedó libre, nada más estuvo detenido 72 horas y ahora pienso que no hay justicia para nosotras las mujeres que hemos vivido esa violencia, mi hija y yo pues ya estamos en manos de él, que de seguro nos va a matar”.

Yolanda Segura:

Con asesoría de una subfiscal, decidieron plantarse frente a la jueza con apoyo del ministerio público para poder hacer una nueva orden de reaprehensión.

Constanza:

Pues ahí estuvimos todo el día, toda la noche, entraron nuevamente a la audiencia después de reaprehenderlo y la audiencia termina a las 4 de la mañana y a esa hora nos regresamos sin bañarnos, sin comer bien, sin dormir y todo ese proceso pues tenemos que pasar para que se de la justicia porque eso es lo que buscan las mujeres y eso es lo que buscamos nosotras como organización. Me digo que soy todóloga, me gusta aprender de todo. Ha sido una lucha incansable, ha sido una lucha de empoderamiento, como dicen agarrar el cuerno por los cuernos para decirle: “déjame pasar que tengo muchas cosas por delante”. Me siento orgullosa de mí misma, porque detrás de mí hay otras mujeres que son mis nietas, que son mis hijas, que son mis nietos, como hablamos de igualdad entonces yo les doy esa herramienta que ya no siga la desigualdad que ya no exista el machismo.

Yolanda Segura:

Frente al desgaste que se puede acumular cuando haces el trabajo de acompañamiento, las mujeres defensoras de derechos humanos adoptan estrategias de autocuidado y de cuidado colectivo.

Rubí:

Pues creo que al principio no lo veíamos, como que empezamos mucho a dar, a dar y como dice Constanza nos empezamos a dar cuenta de que también era necesario trabajar nuestras emociones y que esta energía también, tanto positiva como negativa, pues también influye en nuestra salud como mujeres defensoras de los derechos de las mujeres. Empezamos a trabajar con nuestro autocuidado o cuidado colectivo, porque si como decía Constanza si nosotras no estamos bien, no podemos dar ese acompañamiento. Para que las mujeres se sientan realmente acompañadas, tenemos que tener todo este, haber trabajo todo este camino de lo personal y pues también tratamos de darnos nuestro espacio de relajación, de masaje, de convivencia, de tener también como nuestro plan de medidas y seguridad, porque como defensoras de derechos de las mujeres, no nos ven nada bien los hombres, los hombres, algunas autoridades o algunas instituciones, entonces pues nosotras también tenemos que cuidar, pero pues bueno, es algo que estamos aprendiendo, que también no ha sido nada fácil para nosotras, porque venimos de la comunidad, somos mujeres y pues para poder rendir, tenemos que darnos también nuestro tiempo y acompañarnos entre nosotras mismas y bueno ya somos una familia de más veinte años de estar aquí unidas, somos más familia nosotras que nuestras propias familias.

Constanza:

Y lo más bonito, lo más sano que tenemos nosotras las que estamos aquí, es que hay una armonía, hay un acercamiento, no ha habido conflicto durante estos años, a veces hay cosas que no nos gustan y pues lo hablamos, no hay esa violencia.

Rubi:

Y bueno lo bonito es que también somos un grupo intergeneracional, entonces eso nos ha fortalecido porque las más grandes pues tienen experiencias, las que les seguimos ahí vamos y las jóvenes que se están como retroalimentando de estas experiencias, pues ahí vamos.

Yolanda Segura:

Le preguntamos a Constanza que le diría a alguna mujer que está en una situación de violencia…

Constanza:

Que se valore, que ella vale mucho, que hay leyes, acuerdos que la respaldan y que ella tiene derecho a no vivir en la violencia y que ella es una mujer muy valiosa, muy muy fuerte, que también toma decisiones y que no desaproveche la oportunidad de dárselo.

(Sonido: moneda deslizándose por la ranura del teléfono) (Sonido: cae la moneda)

Yolanda Segura:

La violencia contra las mujeres puede ser sexual, económica, patrimonial, psicológica, física, entre otras. Pero vale la pena, una vez más, matizar: ¿Dentro de qué contexto se da la violencia? ¿Cuales son las características de la violencia en México? Vamos de nuevo con Nicole.

Nicole Huete:

La violencia que experimentamos las mujeres no puede separarse de la crisis generalizada de violencia que tenemos en el país y que por lo tanto tenemos que estar atacando los dos frentes simultáneamente, no sólo podemos quedarnos con esto, sino incluimos la otra parte dentro de nuestras políticas.

Yolanda Segura:

Cuando empezó la llamada “Guerra contra las drogas” la consecuencia fue la presencia militar en gran parte del país. Ahora nos acercamos a la militarización de la seguridad pública. Según un informe del Observatorio de Género y COVID-19, los asesinatos de mujeres se dispararon, pasando de 1,089 en el 2007 a 3,824 en el 2019. Los datos indican que 2020 será igual o incluso peor. En México ser mujer condiciona el día a día. El peligro habita en la casa, en el espacio de trabajo, en la calle y en las relaciones íntimas o con extraños. Ahora las mujeres enfrentan no solo la guerra contra las mujeres, sino también esa guerra contra las drogas.

Nicole Huete:

Es una crisis que tiene al país hundido hace 14 años. Tenemos 14 años de guerra y 14 años de evidencia de que lo que están haciendo no funciona y no solamente no funciona sino que activamente nos daña, entonces para nosotras es importante como feministas le pongamos el ojo y digamos: “Ay mira, no sólo es el machismo, también son los militares”. El ejército no solamente hace tareas de seguridad pública, ahora sino ahora reparte libros de texto y cuida pipas de gasolina y construye el banco del bienestar y va a gestionar el aeropuerto de Santa Lucía, o sea nos están militarizando la vida y no nos hemos dado cuenta. Empezamos a ver cómo esta idea que teníamos de la violencia que mata a las mujeres deja de ser la única violencia que mata a las mujeres, o sea seguimos viendo asesinatos en casa, seguimos viendo asesinatos probablemente por la pareja sentimental, seguimos viendo asesinatos por asfixia y una desproporción de mujeres asesinadas por asfixia cuando comparamos con los hombres, pero también vemos más mujeres asesinadas en el espacio público y más mujeres asesinadas con arma de fuego.

Yolanda Segura:

En el año 2000, 3 de cada 10 mujeres eran asesinadas con armas de fuego, pero para el 2018 eran 6 de cada 10. Esta crisis ha estado sucediendo antes, durante y seguirá sucediendo incluso después de la pandemia. El gobierno niega sistemáticamente el aumento en la violencia contra las mujeres e invierte cada vez más presupuesto en La Guardia Nacional, por otro lado recorta los presupuestos para instituciones como INMUJERES y fondos para organizaciones de la sociedad civil, como Naaxwiin.Entonces, el estado está mandando un mensaje muy claro sobre sus prioridades. ¿Qué impacto concreto tiene en la vida de las mujeres esas políticas públicas? ¿Esos recortes? Volvemos con Rubí.

Rubí:

Cuando hacemos un proyecto metemos un rubro de acompañamiento, pero pues es un poco nada más, entonces cuando tenemos viáticos, nosotros cubrimos los gastos de traslado, tanto para la usuaria, como para el equipo que se va a mover de un lado a otro para dar este acompañamiento y gestión a estos casos. Por eso digo que si nosotras como organización no lo tenemos para las mujeres, mucho menos lo van a tener, porque son mujeres de bajos recursos, son mujeres artesanas, que pues apenas trabajan para poder sobrevivir entonces por eso también algunas mujeres desisten de seguir con todos sus procesos, porque no tienen recursos para moverse y por parte del gobierno no lo hay, incluso hasta los mismos peritos, el psicológico, médicos, fiscales, se quejan de que no hay presupuesto para la atención a la violencia.

Yolanda Segura:

Naaxwiin junto con las otras casas de la mujer indígena alrededor del país defendieron y lograron exigir el 50% del presupuesto para este año.

Rubí:

Pues sí fue una pelea fuerte, una exigencia fuerte, pero lo logramos. Este año sólo el 50%, es todavía en esta lucha del presupuesto, esperemos que el próximo año nos puedan respetar el 100% del presupuesto que se destina la casa de la mujer indígena.

Nicole:

Quienes han ofrecido estos servicios en la medida de lo posible pues han sido las organizaciones de sociedad civil –que muchas dependen de presupuesto federal –particularmente los refugios– que no está garantizado, de por sí ya estaban debilitados, de por sí venían de un contexto de muchísima incertidumbre y le agregamos la pandemia y le agregamos la austeridad sobre la austeridad que ya teníamos, los recortes de 75% a los presupuestos que aunque decían que, por ejemplo lo que tenía que ver con protección de derechos humanos no se iba a tocar, nunca quedó claro si eso en realidad sucedió. Entonces estamos en una situación donde quienes sí están pudiendo atender a las mujeres, están realmente con mucha incertidumbre sobre si van a poder seguir haciéndolo en el resto de la pandemia que no tiene para cuándo acabarse, y pues por último, ¿qué necesitamos? necesitamos que las políticas que sí tenemos, que las leyes que sí tenemos, que son magníficas en efecto sean una realidad y eso requiere voluntad política, pero también requiere recursos y nos da miedo hablar de dinero, pero es importante decirlo, una política pública sin presupuesto, son buenos deseos y lo que ha hecho este gobierno es quitarle dinero a las políticas públicas para las mujeres

(Sonido: Mujeres en marcha durante el 8 de marzo)

“Hay que abortar, hay que abortar, hay que abortar este sistema patriarcal…”

Yolanda Segura:

Lo que gritabamos el 8 de marzo en tantos rincones del país y lo que seguimos exigiendo es que todas merecemos no sólo vivir vidas libres de violencia, sino vidas plenas y gozosas.

(Sonido: Mujeres en marcha durante el 8 de marzo)

“Ni una más, ni una más, ni una asesinada más...”No podemos separar los temas. Necesitamos garantías para que las mujeres, todas las mujeres, podamos vivir vidas felices. Cada día miles de personas se levantan y se dedican a distintos procesos de acompañamiento a casos de violaciones de derechos humanos. Al hacer este podcast, una y otra vez encontramos carencias de parte del Estado para prevenir y atender las problemáticas que enfrentamos les mexicanes. Conocimos mujeres que ante un sistema penal lleno de burocracia tuvieron que volverse abogadas; mujeres que para sobrevivir al día se transforman en vendedoras, cuentacuentos y cocineras; madres que exigen justicia por sus hijes; trabajadoras del hogar expertas en derechos laborales y enfermeras que son psicólogas y se vuelven familia para sus pacientes. Ellas son solo algunas de las todólogas de este país. Más que recortar y obstaculizar el trabajo de estas mujeres y sus organizaciones, el Estado podría escuchar, y aprender mucho de ellas. A final de cuentas, son quienes están cargando con las inmensas carencias y respondiendo a las llamadas de ayuda y los casos de violencia. Constanza y Rubí apuestan no solo alcanzar la justicia, sino por un trabajo integral a largo plazo con sus comunidades, enfocado en la educación y la prevención de la violencia. Naaxwiin es el lugar donde todas y todos cabemos. Las luchas son constantes e incansables, pero creemos que es más cansado aceptar la realidad actual, en lugar de trabajar, construir y caminar hacia ese lugar donde todes cabemos. Si tu o alguien que conoces está en una situación de violencia, puedes buscar apoyo, orientación y acompañamiento con la Red Nacional de Refugios. Puedes llamar al 800 822 44 60 o buscar la Red Nacional de Refugios AC en Facebook. Si quieres donar a Naaxwiin puedes ingresar a su página de facebook @CDMNaaxwiin para más información. Agradecemos a todas y cada una de las personas que compartieron con nosotras para este episodio: Andrea y Daniela Razo de la Red Nacional de Refugios, a Nicole Huete de Intersecta y Rubí y Constanza del Centro para los derechos de la mujer, Naaxwiin. Esperamos que hayas disfrutado todos los episodios de este podcast y como nosotras, te haya caído uno que otro 20. Este podcast fue posible debido a las más de 30 organizaciones de la sociedad civil que conforman el Observatorio de Género y COVID-19. Gracias a cada organización y cada equipo por su trabajo valioso en el día a día de la búsqueda por la justicia, cada quien desde su trinchera. Puedes encontrar más información sobre el Observatorio en www.genero-covid19.gire.org.mx Yo soy Yolanda Segura y este fue el sexto y último episodio de “Nos cayó el 20”. Este episodio fue producido por Candela Cine. Candela Cine son: Aissa Grajeda, Ana Chinos Salgado, Kim Torres, Natalia García Agraz y Nubia Saldaña. La música original es de “Come Algo”, ellos son Sebastián Antón-Ojeda, Jerónimo García, y Tomás García Agraz El Diseño Gráfico estuvo a cargo de Nieves Danae Estudio de grabación y Mezcla 2.0: Disruptiva, con la coordinación de Brenda Villegas Ingenieres de audio y mixer: Uriel Valdés y Andrea González Guzmán Muchas gracias a GIRE A.C., Brenda Rodriguez supervisora general y a Marty Minnich productora del proyecto. Gracias por escuchar.

(Sonido: monedas cayendo en un teléfono público)