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Reloj de Arena

Nos Cayó el 20

Introducción

María vive en Durango, durante la pandemia viaja a la Ciudad de México para poder realizar la interrupción de su embarazo. Paula y su pareja Axel, nos relatan la violencia obstétrica que enfrentaron durante el embarazo de alto riesgo de Paula en el contexto de los primeros meses de la pandemia. En México las personas gestantes, ya sea si desean continuar con su embarazo o interrumpirlo, enfrentan barreras financieras, geográficas, ideológicas y sistémicas que hacen que sus decisiones y derechos no sean respetados.

María:

Cuando yo me enteré que me embaracé, me sentí muy desesperada y un poco triste. No sólo era difícil para mí acceder a un aborto, sino era más difícil para mí acceder a la atención. Entonces desde el principio fue mucha incertidumbre.

Paula:

Pues mucha felicidad, o sea, ya no lo esperábamos. En pocas palabras no estaba en nuestros planes ya y llegó…

Yolanda Segura:

Aunque una persona decida continuar con su embarazo o abortar, las personas gestantes no tenemos garantías de que se respetarán nuestros derechos. En este episodio conversamos con dos mujeres que vivieron un embarazo durante la pandemia. Una de ellas decidió abortar, la otra decidió continuar con el embarazo. Si bien el sistema de salud nunca ha sido un sistema fácil de navegar en México, la pandemia lo ha complicado aún más. Hoy vamos a escuchar las experiencias de María y Paula respecto al acceso a la salud reproductiva durante la pandemia por COVID-19.

(sonido: se descuelga auricular) Yo soy Yolanda Segura y estás escuchando Nos Cayó el 20. (sonido: monedas chocando)

Un podcast que nos acerca a diversas realidades durante la pandemia. (sonido: alguien presionando teclas de un teléfono) Para conectar, escucharnos, una moneda tras otra. Si no caemos en cuenta que las desigualdades son sistémicas, lo que nos queda es seguir echando monedas, hasta que nos caiga el 20 forma parte del Observatorio Género y COVID-19.

(sonido: cae la moneda) El episodio de esta semana: Reloj de arena.

María:

Yo soy María tengo 30 años de edad y vivo en Durango, en el estado de Durango.

Yolanda Segura:

María es artista plástica y curadora de arte. Se enteró del embarazo en septiembre de este año en plena pandemia.

María:

Cuando tomé la decisión de que era un embarazo que no quería, de entrada yo ya sabía que el medicamento no era una opción. En internet viene demasiada información sobre qué clínicas hay y luego viene mucha información sobre que algunas clínicas no dan una atención real o son peligrosas o son muy caras.

Yolanda Segura:

María sabía que no era candidata para utilizar medicamentos debido a problemas con la coagulación de su sangre, por lo que la única opción fue viajar a la Ciudad de México. Muchas personas embarazadas en busca de un aborto suelen enfrentarse a un primer problema: el acceso a la información. Al buscar en internet “Cómo realizar un aborto”, comienzan a desbordarse palabras que para alguien ajeno al tema pueden sonar distantes y complejas: ILE, Aspiración endouterina, misoprostol, la OMS, costos, directorios de clínicas, remedios caseros, fake news, más nombres de clínicas, grupos fundamentalistas, anuncios de grupos antiderechos, imágenes horrorosas...e irreales de abortos, advertencias por COVID, más clínicas, más opiniones (Se queda sin aire) La ILE, es decir, Interrupción Legal del Embarazo, el nombre oficial para decir aborto legal, sólo existe en dos estados de la republica, Ciudad de México y Oaxaca. Esto implica que si se realiza un aborto con medicamentos en casa y surge una complicación, la persona embarazada que acuda por ayuda médica puede enfrentar problemas legales. Para entender las opciones con las que cuenta una persona gestante para interrumpir su embarazo, hablamos con la Dra. Eunice León de IPAS México, una organización internacional que trabaja en 17 países para expandir el acceso al aborto seguro y acabar con los procedimientos riesgosos.

Eunice León:

Los métodos a los que pueden tener acceso las personas que deciden abortar son métodos que están recomendados por instancias internacionales, como sería la Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia, recomiendan el uso de la aspiración por vacío, ya sea en su modalidad manual, que es la aspiración manual endouterina o la modalidad eléctrica. La otra tecnología que está recomendada para esto es el uso de medicamentos, para lo cual existen disponibles dos medicamentos la mifepristona y el misoprostol, que se pueden usar de manera conjunta lo cual significa una efectividad bastante alta y también tenemos la opción de utilizar solamente el misoprostol.

Yolanda Segura:

No todas las personas son candidatas a un aborto con medicamentos, cuando decides abortar debes asegurarte cuál es la mejor opción según tu condición médica, para eso puedes acercarte a profesionales de la salud e informarte sobre tus opciones, si tienes dudas contacta a organizaciones de la sociedad civil como Fondo María, que brinda apoyo financiero, emocional y logístico a mujeres que no cuentan con recursos para acceder a los servicios de aborto legal disponibles en la Ciudad de México.

María:

Tuve el acompañamiento de mi hermana, ella todo el tiempo supo, pero hacia el final hay cosas que una se reserva demasiado, ¿no? Entonces para mí en lo personal fue un proceso solitario, desde el momento en el que me enteré, el momento en el que tomé la decisión. Todo eso fue como pasos que tenía que tomar yo y que no consideré integrar a muchas personas. Hubo un momento en el que sí me sentí completamente perdida, ya cuando busqué a Fondo María me facilitaron todo este proceso de saber qué clínicas sí eran seguras, saber qué clínicas estaban más accesibles a mi presupuesto.

Yolanda Segura:

Con la información que Fondo María le brindó, María empezó a hacer planes para trasladarse a la Ciudad de México desde Durango.

María:

En cuestión de lo geográfico fue por esta situación del costo del transporte en este momento de la pandemia. Yo soy responsable económicamente de mí y de mi niña de 9 años, entonces tomar recurso de nuestro hogar para esto fue un poco pesado en ese momento. El transporte de por sí a Ciudad de México anda como entre $600 y $1,200 con esta situación los costos de los camiones de línea aumentó de 1800 en adelante. Recibí el apoyo de Fondo María, me consultaron si tenía para el transporte, pero yo decidí hacerme responsable de ese gasto. La opción que yo tuve fue un transporte –está fuera de los camiones de línea– cobran alrededor de $500 pesos. El problema con eso es que hacen muchísimas más horas, un camión de línea normalmente hace entre 8 y 14 horas, este camión se aventó 24 horas. No va nada regulado en cuestiones del COVID porque pues todos van pegaditos y por ejemplo no hay ventilación suficiente y cosas de esas.  

Yolanda Segura:

Durango se encuentra a 898 km de la Ciudad de México. Es uno de los 30 estados en donde la criminalización del aborto puede llegar a significar de 1 a 5 años en prisión. El trayecto a Ciudad de México recorre Zacatecas, Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato, Querétaro y el Estado de México, estados que también penalizan el aborto. Las causales que justifican un aborto varían localmente según la legislaciones estatales. La que se encuentra en todas es la causal por violacion, las demás aparecen de manera diferencial en cada estado y van desde la causal por peligro de muerte –imprudencial o culposo–, inseminación artificial no consentida, por razones de salud, por alteraciones genéticas o congénitas graves en el producto o por causas económicas. Únicamente en la ciudad de México y Oaxaca, se puede abortar por voluntad hasta las 12 semanas de gestación.

(Sonido: madrugada, aves piando)

El 3 de octubre a las 6 de la mañana, María tomó un camión a la Ciudad de México.

(Sonido: camión avanzando)

María:

Parecía un ritual, porque eran las medias de compresión, me las tenía que quitar y poner por cuestiones del calzado. Cada vez que el camión hacía una parada para ir al sanitario –porque también no tenía sanitario– o para comprar alimento o cualquier situación, pues sí era era el cubrebocas, el gel, el quítate las medias de compresión, ponte los zapatos porque trataba de no ir con zapatos. Realmente yo traje el cubrebocas la mayor parte del tiempo, pero lo mismo, parte de mi problema sanguíneo tiene que ver más con la respiración, entonces a veces me cuesta trabajo respirar sin cubrebocas, con cubrebocas se volvía todavía más difícil y la mayor parte del camino tenía la nariz de fuera del cubrebocas, pero tratando de siempre traerlo, pero respirar a momentos. En la noche fue un poco un martirio de estar lidiando con el vecino que no traía cubrebocas, con el tápate, destápate, quítate las medias de compresión. Como ritual tenía que repetir durante el trayecto.

(sonidos: pájaros al amanecer, murmullo de camión)

Una vez llegando a Ciudad de México pues todo fue más fácil porque realmente es una ciudad muy organizada, a mí me sorprende que entre el caos hay demasiada organización. Caminé al trolebús y a las 6 de la mañana va bastante vacío, no sé, no hay mucho tránsito peatonal. El camioncito venía vacío, el trolebús, entonces todo ese tiempo fue tranquilidad, lo pasé sin ningún obstáculo y lo bueno es que la clínica a la que yo asistí, tiene ahí su ubicación muy cerca de Taxqueña. Y bueno desayunando ahí en la vía pública, bueno ese fue un riesgo que tomé porque no se puede ir a México y no comer garnachitas, la verdad no.

Yolanda Segura:

María llegó sin contratiempos a una clínica privada donde realizó el procedimiento, asesorada todo el tiempo por Fondo María. Es importante recalcar que en una clínica pública el servicio es gratuito, mientras que en clínicas privadas implica un costo, a veces fuera del alcance de muchas usuarias. Muchas personas gestantes que tienen la oportunidad, prefieren acudir a una clínica privada por la inmediatez de la atención, sin embargo, en ambas instancias el servicio que se ofrece es de calidad, con todos los insumos necesarios y con una atención integral.

Eunice León:

Independientemente de que sea un servicio público o privado lo más importante es considerar esta atención a una interrupción legal del embarazo, son servicios de salud sexual y reproductiva que son sensibles al tiempo y siempre se debe de garantizar los insumos, que exista el personal capacitado y que se brinde un servicio de calidad.

Yolanda Segura:

Según datos que nos porporcionó IPAS México, entre abril y junio de 2020 en comparación al mismo periodo del año anterior, se atendieron 44% menos solicitudes de abortos por elección en Ciudad de México y se atendió a 66% menos mujeres provenientes de otros estados. La pandemia vino a dificultar todavía más el acceso al aborto, la Dra. Eunice nos platica cómo.

Eunice León:

Existe una sensación de inseguridad de acudir a los servicios de salud, hay como este miedo al contagio, evidentemente los sitios de mayor probabilidad de contagio precisamente son los hospitales, los servicios de salud.

Yolanda Segura:

María nos cuenta cómo cree que habrían sido las cosas sin la pandemia. También nos comparte sus reflexiones sobre la criminalización del aborto en su estado. Bueno si no hubiera habido pandemia, de entrada yo creo que hubiera tomado el riesgo de tomar la opción del aborto con medicamento, porque uno de los problemas era el acceso a la atención médica en caso de una emergencia, podía o no podría surgir con la cuestión de mi situación médica. La ilegalidad del aborto yo sí la veo como una cacería, una persecución, nada más exponer a muchas personas porque bueno, de aquí de mi estado sé de personas que tenían necesidad de acceder a una interrupción del embarazo y por esta cuestión de esta cacería a veces no buscaban ayuda a veces no veían opciones. Es absurdo que se busque castigar a las personas que deciden abortar, igual lo van a hacer pero de manera insegura o riesgosa, es un modo de mantener a las mujeres con miedo. Cuando una toma la decisión, sólo es cuestiónd de ir siguiendo los pasos y de ser muy honesta con la situación personla para que se prevea, por ejemplo, yo en mi caso con la situación médica tenía un poco de miedo de que no se me pudiera realizar ningún tipo de aborto. Hubo un momento en el que consideré no preguntar por miedo, por miedo a las consecuencias que pudiera tener aquí en mi municipio, legales o sociales.

Yolanda Segura:

Tras unas horas de recuperación, María regresó a Durango en el mismo autobús.

(sonido: autobús arrancando)

María:

Y el regreso fue muchísimo más tranquilo en esta cuestión del contexto de la pandemia porque ya casi todos los que venían en los asientos cerca de mí pues ya eran casi casi conocidos, entonces ya era hasta “¿cómo te fue? ¿pudiste hacer lo que venías a hacer?”, entonces ya fue más relajado, traté de ir todo el camino muy consciente, como muy conectada con mi cuerpo por si había algún síntoma que tuviera que considerar para tomar alguna medida, por ejemplo que empezara a sangra mucho, entonces estaba muy atenta a mi cuerpo, pero realmente fue demasiado agradable el regreso, pude tomar un sueño muy relajante.

(sonido: autobús andando)

(sonido de moneda entrando y cayendo por la ranura de un teléfono público)

Yolanda Segura:

En México y en todo el mundo, las personas que desean abortar lo han hecho siempre, más allá de si es legal o ilegal. La discusión debería ser alrededor del aborto seguro y digno como un derecho humano. Pensando en la soledad en la que muches viven el proceso, en especial en el contexto de la pandemia, quisimos hablar con personas que acompañan. Al igual que Fondo María, Morras Help Morras es una colectiva que hace acompañamiento de abortos y difunde de manera virtual información sobre derechos sexuales y reproductivos de manera virtual a todos los estados de la república.

Sofía Regalado:

Yo soy Sofía Regalado, actualmente soy co directora de la organización Morras Help Morras y vivo en Aguascalientes. Morras Help Morras nace en el 2015. Tenemos un objetivo que es bastante amplio, que es buscar la emancipación sexual, reproductiva, económica, política y cultural de las mujeres que habitan las periferias. Nuestro lema es que nosotras trabajamos por y para la periferia. No todas las personas cuentan con las mismas condiciones, no todas las personas cuentan con los mismos privilegios y también hace notar y señalar que gracias a esta hegemonización del feminismo, que es más un feminismo blanco y privilegiado, se ha olvidado a estas otras sujetas que habitan en periferias. Cuando nosotras hablamos de que trabajamos por y para la periferia, no nos referimos únicamente a las periferias geográficas que existen en las ciudades. Sabemos que en cualquier ciudad siempre existe una periferia que tiene condiciones un tanto similares entre sí, pero no nos referimos únicamente a ese tipo de periferias, también nosotras nos referimos a las realidades que de pronto son periféricas. Y bueno, una de las realidad que ha sido periféricas es el de las personas no binarias y el de los hombres trans. Por ello también cuando estoy hablando de que alguien llega a pedirte información pues me refiero a mujeres como persona gestante para respetar la identidad de quien te esté solicitando. Es decir, yo no puedo generalizar con que todas las que me buscan son mujeres, porque también existen personas no binarias y también existen hombres trans que necesitan o desean interrumpir sus embarazos. También están las realidades periféricas de las trabajadoras sexuales, que han sido un tanto, pues no olvidadas, pero sí linchadas en el movimiento feminista. Ellas y también están las mujeres indígenas, las mujeres racializadas que tristemente se ha dado mucho un ejercicio más de exotización, darles como espacio a ellas.

Yolanda Segura:

Morras Help Morras brinda información bajo los lineamientos de la OMS para que personas gestantes que decidan abortar puedan hacerlo con el uso de misoprostol, un medicamento utilizado para problemas gastrointestinales que también se emplea para abortar. Su uso para interrumpir el embarazo fue descubierto por las mujeres en las favelas de Brasil en los años 70. Sofía nos platica qué significa el acompañamiento.

Sofía Regalado:

Bueno nosotras entendemos acompañar como estar ahí, y bueno, entendemos también que “el estar ahí” se puede interpretar de una manera muy amplia, pero cuando nosotras decimos que estamos ahí, es que te vamos a dar información o te vamos a resolver dudas concretas que tengas respecto al protocolo, o también podemos estar presentes antes, durante y después del procedimiento. También podemos darte la contención emocional que necesitas en el proceso, también podemos escucharte, también podemos entablar este puente de confianza en el cual incluso te hablamos bonito para que te sientas apapachada y también podemos emanciparte. Todas buscan un momento para justificar lo que están haciendo y entonces también una labor muy importante de las acompañantes es emanciparlas, porque dentro de la justificación que te están dando, hay algunas que vienen muy cargadas de culpa, de hecho creo que sí son la mayoría que te vienen relatando la situación de violencia que las puso en ese momento de abortar, y también como acompañante es buscar las formas probablemente de dar la mejor contención posible dentro de un contexto que ya es de por sí violento. También es muy importante que les hagamos saber a las que acompañamos que son muy valientes por tomar la decisión que están tomando, que no es una decisión sencilla y también no plantearles como que “¡Uy todo es maravilloso!”, sino decir: “A ver, ¿necesitas llorar? llora, ¿Necesitas desahogarte? desahógate. Se vale por supuesto que sí” y de hecho tenemos ahí un textito que de hecho a mí me gusta mucho citarlo que es: “si necesitas llorar, si necesitas gritar, si te sientes enojada, si necesitas despedirte del embrión, hazlo, pero cuando todo esto acabe, levántate y haz cosas brillantes”.

Yolanda Segura:

Sofía nos relata lo que han vivido en la colectiva desde el inicio de la pandemia.

Sofía Regalado:

Yo hablaría de diferentes momentos, o sea, ubicamos el boom de la pandemia que fue más bien yo creo el boom de lo de la cuarentena, o sea cuando te dicen o nos dicen a nivel nacional: “Todo va a estar cerrado, nadie puede salir, blablabla…” Ahí, en ese momento experimentamos un aumento de los casos, pero fue un aumento repentino. De hecho nos solicitaron en alguna ocasión datos y nosotras hicimos más o menos ahí la estimación y sí recopilando el número de solicitudes concluímos que, o sea cuando fue el boom, aumentó hasta en un 300% que empezamos a recibir muchísimos casos de la Ciudad de México a partir de la pandemia, pero lo que todas nos relataban era, bueno no todas, la mayoría, era que no querían ir al hospital o que no estaban dispuestas a exponerse a eso. Que no dudo y eso es clarísimo porque es un derecho, la ILE (Interrupción Legal del Embarazo) no para pues, pero sí se vio afectado el acceso a. Entonces ahorita podría decirte que de todos los estados recibimos, de todos. Porque obviamente cuando aumentó esto implicó que nosotras tuvimos que extender el horario de atención que teníamos, porque cada una de las acompañantes estaba enfrentando al día, casi casi 15 casos por sí sola, entonces teníamos casi 45-50 casos diario y eso era un montón.

Yolanda Segura:

Morras Help Morras son Sofía, Dahlia, Diana, Montse y Julia. Ellas continúan su labor a pesar de las dificultades de la pandemia. Si necesitas información, Sofía nos cuenta cómo puedes contactarlas.

Sofía Regalado:

Bueno si te encuentras embarazada o embarazade o embarazado, y es un embarazo no deseado y necesitas información y acompañamiento sobre cómo abortar, no estás sola, sole, solo, nosotras te podemos acompañar. Puedes encontrarnos en Facebook como Morras Help Morras, tenemos líneas de Whatsapp puestas, también estamos en Instagram como Morras Help Morras, estamos en Twitter como Morras Help Morras, a través de cualquier vía nos puedes contactar y nosotras sin problema podemos ahí darte acompañamiento. También puedes escuchar nuestro podcast que se llama “Morras sin fundamentalismos”, el capítulo 0, que habla específicamente de cómo abortar de manera segura en casa. Y el aborto y el acceso a tal lo vemos como una decisión más de las mujeres, una decisión en su vida reproductiva. Bueno mientras este contexto de criminalización a nivel nacional no cambie, pues vamos a estar las acompañantes para poderles brindar la información, poderles acompañar en sus procesos.

(sonido de moneda entrando y cayendo por la ranura de un teléfono público)

Yolanda Segura:

La justicia reproductiva en México es el conjunto de factores políticos y económicos que permiten a las mujeres tener autonomía sobre sus cuerpos y su destino reproductivo. Pero en realidad, ¿Cuántas mujeres sí pueden decidir sobre sus cuerpos? El estigma de decidir sobre el cuerpo está arraigado en nuestra sociedad porque estas decisiones están relacionadas a la sexualidad, al erotismo y al placer de las mujeres y hablar socialmente de placer es algo problemático. ¿Por qué es tan escasa la conversación sobre las opciones que tiene una mujer, por ejemplo, para decidir sobre cómo llevar su parto? ¿O cuántos hijos quiere tener? ¿O cómo puede acceder de manera segura a métodos anticonceptivos? Ahora, ¿Qué pasa con las personas gestantes que deciden continuar con su embarazo durante la pandemia? En el siguiente bloque, acompañaremos el recorrido de una pareja joven por la Ciudad de México en busca de un parto digno.

(sonido: sirena a la lejanía)

Yolanda Segura:

¿Qué sientes cuando ves una ambulancia pasar a toda velocidad? Una amiga me enseñó a mandar un beso con la mano para desearles suerte y después del desconcierto que deja el sonido de una sirena, a veces me quedo pensando: ¿Quién va en esa ambulancia y hacia dónde? ¿Llegará a tiempo?

Paula:

Yo soy Paula, tengo 24 años y vivo aquí en la delegación Iztapalapa.

Axel:

Yo soy Axel, tengo 19 años y vivo en la delegación Iztapalapa. Pues bueno la verdad es que este bebé era planeado, pero por una y por otra cosa no se daba hasta que perdimos la esperanza, y ya se dio y en ese momento fui el papá más feliz del mundo.

Yolanda Segura:

Paula y Axel trabajan fabricando y vendiendo artículos de temporada: banderas en el 15 de septiembre, papel picado en día de muertos, corazones en san valentín. Nos recibieron en su casa en Iztapalapa, estaban confeccionando disfraces de Halloween junto con toda su familia. Paula cargaba en brazos a la pequeña Dafne, que tenía un vestido amarillo y unos zapatitos de charol negro.

Paula:

Pues iba bien, a las 6.5 semanas me enteré y todo iba bien, ya después ya empezó todo esto del COVID y ya no me pudieron dar la cita, ya igual las consultas me las cancelaron en el centro de salud, mis pláticas que tenía del embarazo y todo, me las cancelaron. Entonces pues yo decía “¿qué hago?”.

Yolanda Segura:

La Unidad de Medicina Familiar 120 del IMSS, a la que acudía Paula, fue convertida en hospital COVID. Conforme las semanas avanzaron, Paula y Axel comenzaron a ponerse nerviosxs respecto a qué hospital acudir con sus dudas y principalmente, a pensar en dónde sucedería el parto. A Paula le pidieron hacerse un ultrasonido por la sospecha de un embarazo de alto riesgo. La pareja intentó ir a 3 clínicas y hospitales, en todos les rechazaron por razones distintas, una de ellas fue que no había personal ni equipo suficiente para atenderla.

Paula:

Luego volvimos a ir al de La Villa y ese doctor me dice: “¿Sabes qué muchacha? no es mala onda, pero no te puedo atender porque no traes dilatación. Tu bebé sí se escucha que está bien, se ve que está todavía vivo, entonces como ves no tenemos bien los instrumentos, ya están bien descompuestos, ya no se ve bien el ultrasonido, ya no sirve la cámara…” bien feo ¿no? ya no tenían bien las cosas para atenderme.

Yolanda Segura:

Paula acudió a la CNDH para intentar que le dieran la atención que por ley es un derecho esencial, pero no recibió respuesta. Fue entonces cuando logró contactar a GIRE: Grupo de Información en Reproducción Elegida A.C., una organización de la sociedad civil cuya misión es lograr una transformación cultural en México a través de la exigencia de justicia reproductiva. Hablamos con Alehi Balderas, la abogada de documentación y litigio de GIRE, ella acompañó el caso de violencia obstétrica que vivió Paula.

Alehi Balderas:

La violencia obstétrica se genera en los servicios de salud públicos o privados y esta consiste en cualquier acción u omisión por parte del personal de salud que brinda el servicio, que cause daño físico o psicológico a la mujer que se encuentra cursando su embarazo, está en labor de parto o se encuentra recibiendo atención médica después del parto. Esta violencia puede expresarse como la falta del acceso al servicio de salud reproductiva, en tratos inhumanos, en abuso de medicalización, también en procedimientos invasivos sin el consentimiento de las usuarias, también en tratos con burlas, humillaciones y demás. Antes de la pandemia, ya se estaba observando una serie de deficiencias a nivel estructural en el sistema de salud. Con esto me refieron a que ya hacía falta personal especializado justo para brindar la atención relacionada con salud reproductiva, también estábamos hablando de que en cuanto a infraestructura de las unidades hospitalarias también ya había graves problemas, por ejemplo para poder realizar algún estudio, luego no tenían o no tienen el equipo necesario para poder hacer el estudio. A veces ni siquiera tienen los insumos esenciales, hablando de gasas, de como estas cosas que deberían haber en un hospital. También estamos hablando respecto al mal pago que tiene el personal de salud y las jornadas laborales que son sumamente largas, por supuesto estamos hablando de que al haber muy poco personal de salud y aparte laborar en estas condiciones, efectivamente no va a haber una atención de calidad, adecuada y demás. Las unidades hospitalarias también son pocas, justo para la población que se tiene que atender, estamos viendo que en general el gobierno no está destinando recursos suficientes para el tema de salud y bueno mucho menos para temas de salud reproductiva. Por ejemplo de manera reciente, prácticamente cuando inició la pandemia, un mes después en Abril, el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, emitió unos lineamientos para la prevención y mitigación de COVID-19, estos como tal implicaban que se realizaran acciones y también se previnieran ciertas prácticas como las relacionadas con la violencia obstétrica, durante la atención del embarazo, el parto por perio, también respecto a la atención médica de la persona recién nacida. Ahora bien, desgraciadamente, en este momento y una vez que fue avanzando la pandemia, pues somos las organizaciones de la sociedad civil quienes somos las que estamos más vigilantes al respecto y con quienes se están acercando las usuarias de los servicios de salud.

Yolanda Segura:

Al no recibir atención en ninguno de los 4 hospitales públicos a los que acudió, Paula tuvo que hacerse el ultrasonido en un hospital privado. El pago le representó dificultades, ya que Axel estaba recibiendo sólo la mitad del sueldo por la pandemia. Finalmente le aclararon que su bebé no tenía ningún problema de salud. Sin embargo, las semanas del parto se acercaban y Paula aún no sabía en qué hospital iba a suceder. Una de las razones de las negativas del servicio de salud fue que el IMSS no quería incorporar a Paula al seguro de Axel porque según les dijeron, “no estaban casados y no tenían un hijo en común”. Alhei le consiguió una cita a Paula en la Unidad de Medicina Familiar 120 del IMSS para el 15 de marzo, pero el 13, Paula comenzó a tener sus primeras contracciones y dolores, así que decidió adelantarse al hospital. Paula, su mamá y Axel salieron en taxi de su casa en Iztapalapa hacia la clínica 120, ubicada en esa misma delegación.

Paula:

Y ya llego con el doctor que me mandan y le digo: “No pues es que tengo el día de mañana una cita con usted, pero la verdad pues se me adelantó mi parto, ya no creo aguantar hasta mañana” y agarra y me dijo el doctor: “No, a ver cómo te llamas” y ya le dije mi nombre, le digo: “Paula” y me dice: “No es que yo no tengo ninguna consulta contigo”. Entonces ya paso y le digo a mi mamá: “Pues es que ¿adónde nos vamos? ¿a qué hospital ahora? ¿qué hago? y me dice “Pues sabes qué ni modo, no va a quedar de otra, nos vamos al hospital Inguarán.

Yolanda Segura:

El hospital Materno Infantil Inguarán se encuentra a 15 kilómetros de la clínica 120 del IMSS.

Paula:

Era como una hora de aquí para allá, es ahí en metro Canal del Norte. Entonces ya nos fuimos y mi mamá me dice –pues ya me daba en menos de cada minuto una contracción– entonces ya nada más yo agarraba y la apretaba duro y me dice: “¿Ya te está dando?” le dije: ”Sí”, pero todavía los aguantaba yo los dolores, o sea no eran tan fuertes. Entonces le digo: “Sí” y me dice: “No, es que ya te está dando cada una en menos un minuto, a ver si no nos gana”. Nos fuimos en taxi rápido y ya llegó allá y nos dicen los de Inguarán: “Es que no te puedo atender, es que me dijeron que no puedo atender a los de Iztapalapa ya”, entonces como Iztapalapa era una de las zonas más contagiadas no me querían atender por eso ya. “Ok, te voy a revisar nada más” y ya entré y me dijeron “¿Cuántas semanas tienes” y les dije: “Pues acabo de cumplir las 39 ya” dicen: “Súbete, te vamos a hacer el tacto para revisarte” y ya me revisaron y me dijeron: “No, pues es que no te puedo internar porque traes nada más uno de dilatación” me dice: “¿Cada cuánto te están dando las contracciones?” y le dije: “Pues que ya es menos del minuto” y todavía me dice la doctora: “¿Sabes qué? pues ven hasta mañana como a las 3 de la tarde yo creo que ya te alivias”. Nos fuimos, ya nos subimos en el camión, nos dejó en Jamaica y de Jamaica nos fuimos para Pantitlán y de Pantitlán nos vinimos para acá. Entrando así a la estación le digo a él: “Ay, es que me dio un dolor bien feo” le digo, “pero es que sentí como que algo se me salió, creo que ya me hice del baño” y me dijo él: “No, pues no te preocupes pues ya ahorita te pones mi sudadera o algo atrás”. Y ya haz de cuenta yo me paro, para bajarnos ya de la estación, ya voy bajando del vagón o sea, doy el paso para bajar la línea amarilla y le digo a mi mamá: “No, ya me estoy haciendo del baño, espérate” y en eso yo pues traía una pijama blanca, entonces yo me agarro y me asomo y le digo a mi mamá: “No, es sangre” y me dice: “¿Cómo que es sangre paula?” le digo “sí” y ya se asoma mi mamá y me dice: “No, ya se te rompió la fuente aquí, Paula” y pues yo a él pues yo lo vi, pues igual en shock y luego mi mamá también así como espantada porque pues nunca nos había pasado nada de esto.

Axel:

Yo me subí rápido corriendo las escaleras, fui con un policía y le dije: “No, pues es que se le rompió la fuente a mi esposa” y no me creyó.

Paula:

Cada que daba un paso, se me venía un montón de sangre, entonces le dije a mi mamá: “Es que ya no quiero caminar, no me quiero desangrar aquí, no quiero que me ponga peor yo”. Pues todos nos volteaban a ver, yo así como que apenada, pero también a la vez como con coraje porque ¿sí, no? pues qué me ven, o sea por morbo, así volteando a ver. Y ya me metieron a la cabina, a él (Axel) lo sacaron, me empezaron a pedir datos a mi mamá y a él. Lo sacaron a él, entonces me tomaron una foto porque era un requisito del metro, que pedía el supervisor.

Axel:

Y ella cada minuto que pasaba, a ella la veía con más dolor y con más contracciones.

Paula:

Y ya me acostaron y me decían: “No, tú puja, tú puja. Ya si te alivias aquí no te preocupes”.

Axel:

La ambulancia más o menos aproximadamente se tardó una hora quince minutos en llegar. Yo ya estaba bien desesperado, no la podía ver, no me dejaban pasar a verla.

Paula:

Pero en cada contracción me salía, yo creo que como litro y medio de sangre, ya estaba bien empapada, todo. Y ya cuando llega la ambulancia, llegaron los paramédicos y ya empiezan a ver –yo creo que ni los paramédicos sabían qué hacer– ya me sentía muy débil, ya no quería hacer nada, ya nada más quería estar acostada y que saliera mi hija. Entonces ya llego ahí, todavía viene cínicamente la doctora y me dice: “¿Qué acabas de venir?” y yo: “sí” y me dice: “¿Hace cuánto tiempo viniste según tú?” me dijo así, y le dije: “pues nada más lo que me hago de aquí a mi casa y de mi casa y de regreso otra vez, hace como a lo mucho 3 horas, acabo de venir” y me dice: “¿Y qué te dijeron?”, “Pues me regresaron porque tenía uno de dilatación nada más” y me dijo: “Ah bueno, entonces ahorita te pasamos para que te chequemos”. Entonces ya en eso ya me pasan a checarme y me dice: “Es que traes dos de dilatación, te voy a internar porque se te rompió la fuente nada más”. Entonces yo nada más me quedé así y le dije: “Es que es en serio, o sea no es por exageración, ni nada, o sea me estoy aguantando mucho, no estoy ni de dramática ni nada, pero pues ya siento un parto, ya siento que me está abriendo mucho” y agarré y me dice: “A ver ahorita te reviso” y ya cuando me alza así para hacerme el tacto me dice: “¡No vámonos! No, no ya no pujes porque si no se te va a salir aquí la bebé”. Entonces ya me pasan a la camilla y me dice: “¡Pásate!” y le digo: “No, pues es que ya no puedo pasarme, siento que ya se me sale, no puedo pasarme” entonces ya me jalan los dos camilleros y ya me llevan para el quirófano y del quirófano otra vez pasarme a la camilla, y me dicen: “Es que no pujes” y les digo: “Es que ya no estoy pujando yo, ya no estoy pujando yo, doctor”, me dice: “¡Es que no estés pujando!”, “¡Que ya no estoy pujando!” me enojé, “¡que ya no estoy pujando, entienda!” y ya cuando me pone, ya ni le dio tiempo de ponerme bloqueo ni nada, ya no le dio tiempo de nada. Entonces ya dice: “¡Puja, cuando yo te diga que pujes, puja!” y me decía “puja” y no, pues ya no aguantaba, ahora sí ya ahí desafané todo lo que me había pasado, mi dolor y todo, grité y me dice: “Es que no grites y no respires así porque vas a asfixiar a la bebé” entonces agarré y ya nada más me tranquilicé y me dijo: ”Puja ya porque ya está aquí, si no se va a asfixiar” y ya en eso que agarro y que pujo bien fuerte y ya que sale. Hasta donde yo sé, ya después de todo esto, ya después a ellos les avisaron ya bien tarde que yo me había aliviado.

Axel:

Como a eso de las 11, 12 de la noche no sabíamos nada de Paula. “Pues no, pues ¿qué le pasó? ¿cómo estuvo? ¿ya nació? ¿qué fue?”. Había un chavo que vendía afuera gorditas, quesadillas, pero él entraba al hospital a entregar pues las quesadillas, ¿no? y su tía le dijo: “No oye, ¿le puedes decir a tal doctor, de tal persona si ya nació? y te doy para tu refresco” y le dice “sí” y ya entró el chavo –como le hablaba bien al doctor al que hacía el parto– ya le dijo y ya salió el chavo y ya me dijo: “El nombre es tal, nació a las 9 de la noche” y nosotros: “¿¡A las 9!?” y ya eran las 12, ya iba a dar la 1 de la noche y dije bueno, “Nació a las 9, pesó tanto, midió tanto” y yo dije bueno, por lo menos ya.

Yolanda Segura:

El caso de Paula no es un caso aislado. Según datos de una encuesta realizada por el INEGI en 2016, 3 de cada 10 mujeres han sufrido violencia obstétrica. Alhei nos cuenta sobre los derechos que le negaron a Paula.

Alhei Balderas:

Principalmente fue justo el derecho a la salud, el derecho también a garantizar su integridad física, el derecho a la información, el derecho a la igualdad y no discriminación, el derecho a la autonomía reproductiva. Ahorita como en el marco de la pandemia entre los tantos acuerdos que se empezaron a generar a nivel de salud, fue justo eso, que independientemente de que las usuarias tuvieran o no la derechohabiencia, ya sea al IMSS o bien tuvieran la póliza para el INSABI, el no tenerla no podría ser una justificación para no brindar el servicio de atención médica. Justo considerando que todos los servicios de salud reproductiva son considerados como servicios de salud esencial.

Yolanda Segura:

A pesar de las violaciones de derechos en el caso de Paula, ella y su bebé regresaron sanas a casa. Pero en muchos casos, si las necesidades obstétricas no son atendidas, esas negligencias pueden conducir a la muerte. Durante la pandemia, las consultas prenatales disminuyeron y las muertes maternas aumentaron en un 46%

Alehi Balderas:

Sí, la muerte materna justo es el resultado de la falta de atención médica oportuna que garantice la salud y la vida de las mujeres durante la atención del parto o por perio. Un poco hilándolo con el concepto de violencia obstétrica cuando sucede justo la omisión o acción respecto a la atención médica, una de las graves consecuencias que puede suceder respecto de esto es justo la muerte materna. Se recrudecen las cifras en cuanto a niñas y adolescentes, también mujeres indígenas, como las poblaciones que tienden a encontrarse en contextos de suma vulnerabilidad, bueno hablando de un contexto de pandemia estamos también hablando de que estas cifras en definitiva aumentan.

Yolanda Segura:

Podrían pensar que aquí termina la pesadilla, pero al día siguiente Paula comenzó a tener molestias. Cuenta que el doctor le dijo que la iban a rasgar tras el parto, para limpiar un pedazo de placenta que se le quedó adentro, ella asumió que le hicieron puntos para suturar el corte. Tras unos días de estar en su casa, Paula tuvo algunos síntomas que la alertaron.

Paula:

Yo le dije a mi mamá, le digo: “Oye má, pues huelo raro, ¿no? mi regla” pues a mí no se me hacía normal, como mujer. “Es que huelo raro”, “Ay no Paula, ya tu regla va a ser diferente, ya pasó…” y un día sentadas me dice mi mamá: “Ay huele feo” y le digo: “Mamá, soy yo, ya te dije que soy yo” entonces en eso se acerca mi mamá y me dice: “Sí eres tú, Paula ¿qué no te estás cuidando?” y le digo: “Má, ¿desde cuando te dije?”, yo ya tenía una semana así oliendo que no me era normal.

Yolanda Segura:

Paula acudió a un ginecólogo que GIRE le recomendó para revisar aquel olor extraño.

Paula:

Y ya llegué y me empieza a revisar el doctor, dice: “Lo que veo es que aquí te rasgaron, pero creo que no te cosieron porque efectivamente no te limpiaron bien, te dejaron un cacho de placenta adentro, que era lo que se estaba pudriendo adentro ya y por eso tú te olías así, como pudriéndote así por dentro tú”. Entonces me dice: “y otra cosa, no te cosieron donde te rasgaron”.

Yolanda Segura:

Paula logró curarse de la herida, nos cuenta que interpuso una demanda asesorada legalmente por GIRE para que recibiera la atención médica que le negaron y que seguía requiriendo después del parto.

Alehi Balderas:

El amparo se presentó justo en contra de la Unidad de Medicina Familiar número 120 del Instituto Mexicano del Seguro Social, y se presentó ante un juez federal. En sí nos enfocamos en solicitar una suspensión para que Paula recibiera la atención médica, el juez por supuesto que determinó ordenar la suspensión para efectos de que la unidad médica proporcionara la atención médica.

Yolanda Segura:

Paula y Axel nos cuentan sus reflexiones tras esta experiencia.

Paula:

Entonces, o sea, yo les digo, yo siento pues coraje que sean así porque hay veces que el gobierno ayuda mejor a personas que ni lo necesitan en vez de ayudar a los que lo necesitan. Entonces yo le digo a Alehi, yo quiero pues justicia, que no se vuelva a repetir esto, porque muchas veces lo hacen así, si uno no prosigue por eso son como son, y con Inguarán igual, porque hacen lo que quieren y lo siguen haciendo ¿por qué? porque nadie los demanda, que lo sepan lo que pasó y que por ellos yo estuve así.

Axel:

Pues la verdad me siento feliz y contento, ya tengo a mis dos mujercitas y pues no me puedo quejar.

Paula:

Entonces yo le digo a Axel, o sea yo hay veces que me acuerdo de todo, me pongo a llorar yo sola y abrazo a mi hija y me pongo a llorar con ella, ella se me queda viendo y me hace “agu, agu” me así habla así como si supiera, como si supiera mi hija, como diciéndome “aquí ya estoy bien mamá”.

Yolanda Segura:

El aborto inseguro, la violencia obstétrica y las muertes maternas son el resultado de problemas sistémicos que existen en todo el mundo, muchas quienes toman decisiones al respecto no consideran las necesidades de las mujeres y personas gestantes, ni siquiera escuchan argumentos. Estos temas se han vuelto monedas de cambio partidistas que reflejan la poca preocupación por el verdadero problema. Y mientras la arena del reloj sigue cayendo, mujeres como Paula y María tienen que atravesar polvaredas, suelos que no las dejan dar pasos certeros y caminos hostiles, que acompañadas pueden recorrerse mejor. La lucha por el respeto a los derechos sexuales y reproductivos sigue ganando terreno, pero falta mucho por hacer. Agradecemos a todas las personas que compartieron su historia para este episodio: A María, A la Dra. Eunice León de IPAS México, al equipo de Balance y Fondo María, A Sofía Regalado de Morras Help Morras, A Paula y Axel y a Alehí Balderas de GIRE. Yo soy Yolanda Segura y escuchaste “Nos cayó el 20” un podcast que forma parte del Observatorio Género y COVID-19, una alianza de organizaciones de la sociedad civil que monitorea la respuesta del gobierno ante esta pandemia Puedes encontrar más información sobre el Observatorio Género y COVID-19 en www.genero-covid19.gire.org.mx Este episodio fue producido por Candela Cine. La próxima semana seguiremos echando monedas, hasta que nos caiga el 20.  

Créditos

Producción ejecutiva: Observatorio Género y COVID-19 Organización: GIRE A.C., Balance A.C., IPAS México Narradora: Yolanda Segura Dirección: Ana Salgado Guión y edición: Natalia García Agraz Producción: Marty Minnich, Aissa Grajeda Grabación de entrevistas: Ana Salgado Investigación: Kim Torres, Ana Salgado Diseño sonoro: Nubia Saldaña Musicalización: Sebastián Antón-Ojeda, Jerónimo García, Tomás García Agraz Estudio de grabación y Min 2.0: Disruptiva Ingeniero de audio: Uriel Valdés Mixer: Andrea González Guzmán Coordinación de proyecto: Brenda Villegas Con la participación de: María, Paula, Axel, Alhei Balderas de GIRE A.C., Eunice León de IPAS México y Sofía Regalado de Morras Help Morras. Diseño gráfico: Nieves Danae Agradecimientos: María, Paula y Axel por sus testimonios. Andrea Alcalá de Balance A.C., Alehi Balderas de GIRE A.C., y Laura Andrade de IPAS México.