Aunado a los problemas de prevención, detección y atención del VIH, las instituciones incrementaron el desabasto de medicamentos y carencias para el acceso de atención médica, la poca disponibilidad se suma a la discriminación y la falta de difusión de información del VIH.
Durante el confinamiento han aumentado las situaciones de violencia en el hogar, lo que coloca a las mujeres en mayor riesgo de adquirir VIH.
“El pasado 5 de junio fue asesinada una persona de la comunidad LGBTTTIQ+, quien vivía con VIH, y que presentaba signos evidentes de tortura. Este lamentable caso se da en un contexto injustificado de rechazo y violencia hacia estas personas”. Comunicado No. 059/2021 Gobernación CONAPRED
Existen distintos problemas para la prevención, atención y detección del VIH, que a raíz de la pandemia se han agudizado. En algunas instituciones persiste el desabasto de medicamentos y los mensajes institucionales carecen de información detallada para mujeres embarazadas o que viven con VIH. El desabasto de medicamentos antirretrovirales en el IMSS y en el ISSSTE ha sido una constante que el gobierno en turno no ha podido atacar siendo omisas para escuchar a sus derechohabientes y dar soluciones específicas y concretas.
Aproximadamente el 40% de los nuevos casos de VIH en el mundo se dan entre los 15 y los 24 años de edad. Las mujeres representan 58% de estos nuevos casos de VIH en dicho grupo etario (ONUMUJERES, 2016). En la actualidad, por cada cinco hombres con VIH hay una mujer con VIH: se estima que más de 50 mil mujeres en el mundo viven con el mismo.
La forma más común por la que las mujeres contraen el VIH es por tener relaciones sexuales no protegidas con su pareja estable. Sin embargo, el acceso a las pruebas de detección se ha enfocado en mujeres embarazadas, con énfasis en la prevención de la transmisión vertical, así como la prevención y atención de poblaciones clave de las que las mujeres no forman parte.
Existen distintos problemas para la prevención, atención y detección del VIH, que a raíz de la pandemia se han agudizado. En algunas instituciones persiste el desabasto de medicamentos y los mensajes institucionales carecen de información detallada para mujeres embarazadas o que viven con VIH. El desabasto de medicamentos antirretrovirales en el IMSS y en el ISSSTE ha sido una constante que el gobierno en turno no ha podido atacar siendo omisas para escuchar a sus derechohabientes y dar soluciones específicas y concretas.
Aproximadamente el 40% de los nuevos casos de VIH en el mundo se dan entre los 15 y los 24 años de edad. Las mujeres representan 58% de estos nuevos casos de VIH en dicho grupo etario (ONUMUJERES, 2016). En la actualidad, por cada cinco hombres con VIH hay una mujer con VIH: se estima que más de 50 mil mujeres en el mundo viven con el mismo.
La forma más común por la que las mujeres contraen el VIH es por tener relaciones sexuales no protegidas con su pareja estable. Sin embargo, el acceso a las pruebas de detección se ha enfocado en mujeres embarazadas, con énfasis en la prevención de la transmisión vertical, así como la prevención y atención de poblaciones clave de las que las mujeres no forman parte.
El aumento en el número de llamadas y atención a mujeres en casos de violencia en el hogar es una realidad invisibilizada por parte de diferentes instancias. Estas llamadas revelan que las mujeres se encuentran constantemente en riesgo de adquirir VIH, pues éste aumenta significativamente cuando existen situaciones de violencia en el hogar, ya que es más probable que la pareja no use condón o que se tenga sexo con violencia, lo que puede provocar heridas que facilitan la transmisión del VIH.
De acuerdo con ONUSIDA, “los servicios de VIH deben seguir estando disponibles para las personas que viven con el VIH o que corren el riesgo de contraerlo. Esto incluye garantizar la disponibilidad de preservativos, terapia de sustitución de opiáceos, agujas y jeringas estériles, reducción de daños, profilaxis previa a la exposición y pruebas de VIH”. Sin embargo, en México, los problemas estructurales aunados a la reconversión hospitalaria, el desabasto y la falta de medidas afirmativas para las personas con VIH en condiciones de mayor vulnerabilidad, como lo son quienes tienen una carga viral detectable, que tienen menos de 200 CD4 o mujeres embarazadas, han profundizado las brechas que existían en el acceso a servicios.
Así, la prevención y detección de VIH y otras infecciones de transmisión sexual han quedado en manos de las organizaciones de la sociedad civil. Todos los días se reportan personas con nuevos diagnósticos que se enfrentan a la falta de un plan definido por el gobierno federal y local en el contexto de emergencia sanitaria.
El aumento en el número de llamadas y atención a mujeres en casos de violencia en el hogar es una realidad invisibilizada por parte de diferentes instancias. Estas llamadas revelan que las mujeres se encuentran constantemente en riesgo de adquirir VIH, pues éste aumenta significativamente cuando existen situaciones de violencia en el hogar, ya que es más probable que la pareja no use condón o que se tenga sexo con violencia, lo que puede provocar heridas que facilitan la transmisión del VIH.
De acuerdo con ONUSIDA, “los servicios de VIH deben seguir estando disponibles para las personas que viven con el VIH o que corren el riesgo de contraerlo. Esto incluye garantizar la disponibilidad de preservativos, terapia de sustitución de opiáceos, agujas y jeringas estériles, reducción de daños, profilaxis previa a la exposición y pruebas de VIH”. Sin embargo, en México, los problemas estructurales aunados a la reconversión hospitalaria, el desabasto y la falta de medidas afirmativas para las personas con VIH en condiciones de mayor vulnerabilidad, como lo son quienes tienen una carga viral detectable, que tienen menos de 200 CD4 o mujeres embarazadas, han profundizado las brechas que existían en el acceso a servicios.
Así, la prevención y detección de VIH y otras infecciones de transmisión sexual han quedado en manos de las organizaciones de la sociedad civil. Todos los días se reportan personas con nuevos diagnósticos que se enfrentan a la falta de un plan definido por el gobierno federal y local en el contexto de emergencia sanitaria.
Existen pocos datos completos y desagregados sobre personas con VIH que han adquirido COVID-19. De acuerdo con datos de CENSIDA, hasta el 18 de mayo de 2020 se tenía el registro de 100 personas que viven con VIH y estaban en tratamiento por COVID-19. Asimismo, al 22 de junio sabemos que el 0.54% de las defunciones por COVID-19 estaban asociadas con pacientes con VIH o sida.
Para hacer frente a estas afectaciones, el gobierno mexicano ha realizado acciones como:
Existen pocos datos completos y desagregados sobre personas con VIH que han adquirido COVID-19. De acuerdo con datos de CENSIDA, hasta el 18 de mayo de 2020 se tenía el registro de 100 personas que viven con VIH y estaban en tratamiento por COVID-19. Asimismo, al 22 de junio sabemos que el 0.54% de las defunciones por COVID-19 estaban asociadas con pacientes con VIH o sida.
Para hacer frente a estas afectaciones, el gobierno mexicano ha realizado acciones como:
Más información:
Balance https://www.balancemx.org/es
VIHve Libre – www.vihvelibre.org
Más información:
Balance https://www.balancemx.org/es
VIHve Libre – www.vihvelibre.org
Aunque sí existe un presupuesto asignado para las personas que viven con VIH por el ramo de salud, es necesario mencionar que no existe un programa específico para atender a las necesidades de las mujeres.
Aunque sí existe un presupuesto asignado para las personas que viven con VIH por el ramo de salud, es necesario mencionar que no existe un programa específico para atender a las necesidades de las mujeres.