Violencia familiar y refugios

A dos años de la crisis sanitaria por COVID-19, las mujeres continuaron viviendo una doble pandemia a causa de las violencias machistas. Ante esta emergencia nacional, la Red Nacional de Refugios A.C. (RNR) ha respondido brindando acompañamiento, atención integral y protección especializada, registrando hasta mayo de 2022 a un total de 106,025 mujeres e infancias sobrevivientes de violencias atendidas a través de los Refugios y sus Centros de Atención Externa, Casas de Transición y de Emergencia integrantes de la RNR.

Violencia familiar y refugios

Debido a la violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes durante el confinamiento, el ingreso a refugios registró un aumento de más de 50%.

 

“Si me niego a tener relaciones sexuales me chantajea, se enoja y me insulta. ¡Necesito ayuda!”

“No quiero que mi hijo siga viviendo con gritos, insultos y golpes”

“Me vigila, estoy cansada de tener miedo en mi propia casa” (Luces de ayuda, 2020)

Violencia familiar y refugios

Antes de COVID-19

En dos meses de confinamiento por COVID-19, incrementaron en más de 80% las llamadas y mensajes de solicitud de apoyo a causa de violencias de género.

Durante varios meses de 2021 se registraron menos llamadas que en marzo de 2020, pero el total de llamadas ya no regresó a los números prepandemia; su aumento ha sido sostenido. En 2022 hemos apreciado un nuevo pico en este tipo de llamadas, llegando a números que superan —por mucho— a los de años previos.

En el primer mes fueron asesinadas más de 300 mujeres, niñas y adolescentes que cohabitaban con su agresor. De igual forma, previo a la emergencia sanitaria, México ya enfrentaba una pandemia: la violencia contra las mujeres, que ocasiona en promedio 10 feminicidios diariamente (ONU): un total de más de 3 mil mujeres asesinadas al año.

En México, 80.31% de las mujeres que fueron víctimas de violación durante su infancia fueron abusadas por familiares. La jornada de distanciamiento social y el mensaje dirigido a las adolescentes y mujeres sobre quedarse en casa las dejó expuestas a vivir mayor violencia sexual. Es indispensable que las víctimas de violencia sexual sepan que tienen derecho a la anticoncepción de emergencia y al aborto en caso de quedar embarazadas a causa de este evento.

De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 (ENDIREH), 66.1% de las mujeres han sufrido al menos una manifestación de violencia a lo largo de su vida: 49% violencia emocional, 41.3% violencia sexual, 34% violencia fisica, 29% violencia economica o patrimonial. Además, 33.4% de las mujeres que reportaron haber tenido un embarazo sufrieron violencia obstétrica  por parte de quienes las atendieron; 3.1% de estas mujeres reportaron anticoncepción o esterilización forzada.

Organizaciones y activistas nos articulamos para detener estas violencias mediante movilizaciones feministas, de activistas, organizaciones y ciudadanía que visibilizaron los feminicidios y otras violencias perpetradas por razones de género. 

Asimismo, exigimos a las instancias gubernamentales que garanticen la prevención, atención, protección, seguridad, justicia y reparación del daño para las víctimas y sus familiares, mientras que la indiferencia del Estado y la incapacidad de garantizar una vida libre de violencias a todas las mujeres permea constantemente. 

En dos meses de confinamiento por COVID-19, incrementaron en más de 80% las llamadas y mensajes de solicitud de apoyo a causa de violencias de género.

Durante varios meses de 2021 se registraron menos llamadas que en marzo de 2020, pero el total de llamadas ya no regresó a los números prepandemia; su aumento ha sido sostenido. En 2022 hemos apreciado un nuevo pico en este tipo de llamadas, llegando a números que superan —por mucho— a los de años previos.

En el primer mes fueron asesinadas más de 300 mujeres, niñas y adolescentes que cohabitaban con su agresor. De igual forma, previo a la emergencia sanitaria, México ya enfrentaba una pandemia: la violencia contra las mujeres, que ocasiona en promedio 10 feminicidios diariamente (ONU): un total de más de 3 mil mujeres asesinadas al año.

En México, 80.31% de las mujeres que fueron víctimas de violación durante su infancia fueron abusadas por familiares. La jornada de distanciamiento social y el mensaje dirigido a las adolescentes y mujeres sobre quedarse en casa las dejó expuestas a vivir mayor violencia sexual. Es indispensable que las víctimas de violencia sexual sepan que tienen derecho a la anticoncepción de emergencia y al aborto en caso de quedar embarazadas a causa de este evento.

De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 (ENDIREH), 66.1% de las mujeres han sufrido al menos una manifestación de violencia a lo largo de su vida: 49% violencia emocional, 41.3% violencia sexual, 34% violencia fisica, 29% violencia economica o patrimonial. Además, 33.4% de las mujeres que reportaron haber tenido un embarazo sufrieron violencia obstétrica  por parte de quienes las atendieron; 3.1% de estas mujeres reportaron anticoncepción o esterilización forzada.

Organizaciones y activistas nos articulamos para detener estas violencias mediante movilizaciones feministas, de activistas, organizaciones y ciudadanía que visibilizaron los feminicidios y otras violencias perpetradas por razones de género. 

Asimismo, exigimos a las instancias gubernamentales que garanticen la prevención, atención, protección, seguridad, justicia y reparación del daño para las víctimas y sus familiares, mientras que la indiferencia del Estado y la incapacidad de garantizar una vida libre de violencias a todas las mujeres permea constantemente. 

El impacto de la pandemia por COVID-19

La pandemia por COVID-19 ha aumentado las brechas de desigualdad entre hombres y mujeres y ha mostrado que el confinamiento incrementa la violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Miles de mujeres viven el confinamiento con miedo, las solicitudes de ingresos a refugios integrantes de la Red Nacional de Refugios (RNR) incrementaron a nivel nacional 12.71%, algunos refugios registran un aumento de más de 50%, debido a la contingencia sanitaria.

En México las violencias que se ejercen dentro de casa contra las mujeres han sido invisibilizadas por parte del Estado, viéndolas desde una perspectiva totalmente carente del enfoque de género y derechos humanos. Al contrario, se han abordado desde la “fraternidad”, haciendo declaraciones que preocupan y que perpetúan no solo la impunidad sino la naturalización de las violencias hacia las mujeres, niñas y niños, ignorando datos oficiales que señalan que 40% de los feminicidios se cometen en los hogares de las víctimas (INEGI), siendo éstos unos de los espacios más inseguros para estos grupos.

A más de dos años del inicio de la pandemia por COVID-19, en México la pandemia de las violencias machistas continúa siendo invisibilizada y sin atención integral e intersectorial por parte de las autoridades. Durante estos dos años la Red Nacional de Refugios A.C.(RNR) ha respondido a esta doble pandemia, brindando acompañamiento, atención integral y protección especializada a 40,827 mujeres, niñas y niños en 2020; 45,490 en 2021 y 19,708 entre enero y mayo de 2022 a través de los Centros de Atención Externa y Refugios integrantes de la RNR.

Lamentablemente las infancias tampoco están seguras pues las violencias machistas también se perpetran en su contra, vulnerando sus derechos humanos y afectando su desarrollo. La RNR registró que 5 de cada 10 hijas e hijos de mujeres que solicitaron apoyo también habían sido víctimas de violencias, principalmente emocional y sexual.

Durante el primer mes de confinamiento, en marzo de 2020, se registró un aumento de estas llamadas, llegando a 26,171, el máximo histórico desde que se tiene registro. Previamente, la cifra más alta registrada era de 21,727 llamadas.

Varios meses de 2021 registraron menos llamadas que en marzo de 2020, pero el total de llamadas ya no regresó a los números prepandemia; su aumento ha sido sostenido. En 2022 se aprecia un nuevo pico en este tipo de llamadas, llegando a números que superan —por mucho— a los de años previos.

Las violencias contra las mujeres no se detienen. Las solicitudes de apoyo que recibe la RNR han incrementado hasta 80%, registrando diferentes fenómenos, como son el que han disminuido las realizadas directamente por las mujeres y han aumentado hasta 31% las realizadas por alguna red de apoyo (familiar, vecina, amistad, etc.) de la mujer en situación de violencia, puesto que el cohabitar con su agresor imposibilita que ellas mismas pidan auxilio. Por otro lado, del 100% de las mujeres víctimas de violencias familiares que solicitaron apoyo, 64.97% sufrió agresiones por parte de su pareja o esposo y 46% de las hijas e hijos de las mujeres que solicitaron apoyo también fueron víctimas de agresiones dentro de sus casas durante el periodo de confinamiento.

Lo anterior refleja que las violencias machistas no están en cuarentena, al contrario, se han recrudecido en el contexto de confinamiento provocado por la contingencia sanitaria. Y que entre más tiempo se extienda el periodo de confinamiento menos posibilidades tendrán las mujeres de llamar, mandar mensaje y, por lo tanto, de realizar denuncias, lo que también afecta a niñas y niños.

Todo lo anterior, aunado a la indiferencia gubernamental, se convierte en un caldo de cultivo para las violencias machistas. Información generada por la RNR revela que 19% de las mujeres que solicitaron apoyo ya habían tenido un acercamiento con instancias de gobierno, pero habían sido ignoradas.

Las instituciones públicas deben atender la crisis de violencia contra las mujeres, exacerbada por el aislamiento social durante la pandemia por COVID-19. Deben implementar medidas no condicionadas a la acción penal, como el correcto financiamiento de programas existentes —refugios y guarderías— y la provisión de servicios de proximidad (en centros de trabajo y escuelas).

La pandemia por COVID-19 ha aumentado las brechas de desigualdad entre hombres y mujeres y ha mostrado que el confinamiento incrementa la violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Miles de mujeres viven el confinamiento con miedo, las solicitudes de ingresos a refugios integrantes de la Red Nacional de Refugios (RNR) incrementaron a nivel nacional 12.71%, algunos refugios registran un aumento de más de 50%, debido a la contingencia sanitaria.

En México las violencias que se ejercen dentro de casa contra las mujeres han sido invisibilizadas por parte del Estado, viéndolas desde una perspectiva totalmente carente del enfoque de género y derechos humanos. Al contrario, se han abordado desde la “fraternidad”, haciendo declaraciones que preocupan y que perpetúan no solo la impunidad sino la naturalización de las violencias hacia las mujeres, niñas y niños, ignorando datos oficiales que señalan que 40% de los feminicidios se cometen en los hogares de las víctimas (INEGI), siendo éstos unos de los espacios más inseguros para estos grupos.

A más de dos años del inicio de la pandemia por COVID-19, en México la pandemia de las violencias machistas continúa siendo invisibilizada y sin atención integral e intersectorial por parte de las autoridades. Durante estos dos años la Red Nacional de Refugios A.C.(RNR) ha respondido a esta doble pandemia, brindando acompañamiento, atención integral y protección especializada a 40,827 mujeres, niñas y niños en 2020; 45,490 en 2021 y 19,708 entre enero y mayo de 2022 a través de los Centros de Atención Externa y Refugios integrantes de la RNR.

Lamentablemente las infancias tampoco están seguras pues las violencias machistas también se perpetran en su contra, vulnerando sus derechos humanos y afectando su desarrollo. La RNR registró que 5 de cada 10 hijas e hijos de mujeres que solicitaron apoyo también habían sido víctimas de violencias, principalmente emocional y sexual.

Durante el primer mes de confinamiento, en marzo de 2020, se registró un aumento de estas llamadas, llegando a 26,171, el máximo histórico desde que se tiene registro. Previamente, la cifra más alta registrada era de 21,727 llamadas.

Varios meses de 2021 registraron menos llamadas que en marzo de 2020, pero el total de llamadas ya no regresó a los números prepandemia; su aumento ha sido sostenido. En 2022 se aprecia un nuevo pico en este tipo de llamadas, llegando a números que superan —por mucho— a los de años previos.

Las violencias contra las mujeres no se detienen. Las solicitudes de apoyo que recibe la RNR han incrementado hasta 80%, registrando diferentes fenómenos, como son el que han disminuido las realizadas directamente por las mujeres y han aumentado hasta 31% las realizadas por alguna red de apoyo (familiar, vecina, amistad, etc.) de la mujer en situación de violencia, puesto que el cohabitar con su agresor imposibilita que ellas mismas pidan auxilio. Por otro lado, del 100% de las mujeres víctimas de violencias familiares que solicitaron apoyo, 64.97% sufrió agresiones por parte de su pareja o esposo y 46% de las hijas e hijos de las mujeres que solicitaron apoyo también fueron víctimas de agresiones dentro de sus casas durante el periodo de confinamiento.

Lo anterior refleja que las violencias machistas no están en cuarentena, al contrario, se han recrudecido en el contexto de confinamiento provocado por la contingencia sanitaria. Y que entre más tiempo se extienda el periodo de confinamiento menos posibilidades tendrán las mujeres de llamar, mandar mensaje y, por lo tanto, de realizar denuncias, lo que también afecta a niñas y niños.

Todo lo anterior, aunado a la indiferencia gubernamental, se convierte en un caldo de cultivo para las violencias machistas. Información generada por la RNR revela que 19% de las mujeres que solicitaron apoyo ya habían tenido un acercamiento con instancias de gobierno, pero habían sido ignoradas.

Las instituciones públicas deben atender la crisis de violencia contra las mujeres, exacerbada por el aislamiento social durante la pandemia por COVID-19. Deben implementar medidas no condicionadas a la acción penal, como el correcto financiamiento de programas existentes —refugios y guarderías— y la provisión de servicios de proximidad (en centros de trabajo y escuelas).

El papel del gobierno al respecto

Para hacer frente a estas afectaciones, el gobierno mexicano ha tomado algunas acciones que contemplan:

  • Reconocimiento de los Refugios y sus Centros de Atención Externa como servicios esenciales ante la COVID-19. Sin embargo, los procesos burocráticos retrasaron un mes la liberación del presupuesto para su operación.
  • Impulso de una campaña sobre la división del trabajo doméstico por INMUJERES llamada “Hombres en Sana Convivencia: en esta contingencia, cuidar hace la diferencia”.
  • Fortalecimiento del 911 como la línea principal para atender casos de violencia contra las mujeres y activación de líneas de atención telefónica. No obstante, desconocemos el seguimiento que se da a estas llamadas y si en realidad las mujeres recibieron la atención necesaria.
  • El lanzamiento de la campaña “Cuenta hasta 10” para frenar la violencia familiar, campaña que ha sido fuertemente criticada debido a que invisibiliza la violencia contra las mujeres, individualiza el problema y no responsabiliza a las autoridades encargadas de atender los reportes por violencia.
  • Construcción en colaboración con INDESOL, SEGOB, INMUJERES y CONAVIM de un mapa georreferenciado de los servicios de atención a mujeres, niñas, niños y adolescentes en situación de violencia.
  • Lanzamiento del vídeo #NoEstásSola en colaboración con la Iniciativa Spotlight en México, programa de Naciones Unidas y la Unión Europea, enfocado en la prevención de la violencia contra las mujeres en el hogar, en el marco de la COVID-19.
  • Publicación de un documento sobre “Recomendaciones para la mitigación de COVID-19 en Refugios y Centros de Atención Externa para mujeres que viven violencia extrema, sus hijos e hijas”.
  • Anuncio de un recorte del presupuesto al mecanismo de Alerta de Violencia de Género, el cual tras los posicionamientos de diversas organizaciones de la sociedad civil no se concretó.
  • Realización de un recorte presupuestario del 75% al INMUJERES. Dichos ajustes presupuestarios se encuentran fuera de la Ley, debido a que sólo la Cámara de Diputados y Diputadas tiene la facultad para realizar dichos ajustes.
  • Se publicó la invitación a las organizaciones de la sociedad civil para que puedan comentar el Proyecto de Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-217-SE-2020 sobre los refugios para distintas situaciones de violencia

Para hacer frente a estas afectaciones, el gobierno mexicano ha tomado algunas acciones que contemplan:

  • Reconocimiento de los Refugios y sus Centros de Atención Externa como servicios esenciales ante la COVID-19. Sin embargo, los procesos burocráticos retrasaron un mes la liberación del presupuesto para su operación.
  • Impulso de una campaña sobre la división del trabajo doméstico por INMUJERES llamada “Hombres en Sana Convivencia: en esta contingencia, cuidar hace la diferencia”.
  • Fortalecimiento del 911 como la línea principal para atender casos de violencia contra las mujeres y activación de líneas de atención telefónica. No obstante, desconocemos el seguimiento que se da a estas llamadas y si en realidad las mujeres recibieron la atención necesaria.
  • El lanzamiento de la campaña “Cuenta hasta 10” para frenar la violencia familiar, campaña que ha sido fuertemente criticada debido a que invisibiliza la violencia contra las mujeres, individualiza el problema y no responsabiliza a las autoridades encargadas de atender los reportes por violencia.
  • Construcción en colaboración con INDESOL, SEGOB, INMUJERES y CONAVIM de un mapa georreferenciado de los servicios de atención a mujeres, niñas, niños y adolescentes en situación de violencia.
  • Lanzamiento del vídeo #NoEstásSola en colaboración con la Iniciativa Spotlight en México, programa de Naciones Unidas y la Unión Europea, enfocado en la prevención de la violencia contra las mujeres en el hogar, en el marco de la COVID-19.
  • Publicación de un documento sobre “Recomendaciones para la mitigación de COVID-19 en Refugios y Centros de Atención Externa para mujeres que viven violencia extrema, sus hijos e hijas”.
  • Anuncio de un recorte del presupuesto al mecanismo de Alerta de Violencia de Género, el cual tras los posicionamientos de diversas organizaciones de la sociedad civil no se concretó.
  • Realización de un recorte presupuestario del 75% al INMUJERES. Dichos ajustes presupuestarios se encuentran fuera de la Ley, debido a que sólo la Cámara de Diputados y Diputadas tiene la facultad para realizar dichos ajustes.
  • Se publicó la invitación a las organizaciones de la sociedad civil para que puedan comentar el Proyecto de Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-217-SE-2020 sobre los refugios para distintas situaciones de violencia

Acciones relacionadas a Violencia familiar y refugios

  • Una política de Estado presupuestaria en prevención, atención y protección de los derechos humanos de todas las mujeres, que garantice la operación y continuidad de los programas.
  • Abordar la respuesta del Estado frente a la pandemia por COVID-19 reconociendo el impacto diferenciado que tiene por razones de género, fomentando el acceso a la información y servicios incluyentes para todas las mujeres.
  • Ante la contingencia sanitaria y el decreto de austeridad establecido por el Presidente de la República a partir de abril, garantizar el presupuesto de los programas orientados a la prevención y atención de las violencias contra las mujeres, así como recursos extraordinarios para el acceso de las mujeres a una vida libre de violencias durante la pandemia.
  • Crear redes de apoyo ciudadanas.
  • Que el Estado implemente acciones intersectoriales y transversales garantizando a todas las mujeres, adolescentes y niñas su derecho a una vida libre de violencias.

Más información:

Red Nacional de Refugios, AC. – www.rednacionalderefugios.org.mx

  • Una política de Estado presupuestaria en prevención, atención y protección de los derechos humanos de todas las mujeres, que garantice la operación y continuidad de los programas.
  • Abordar la respuesta del Estado frente a la pandemia por COVID-19 reconociendo el impacto diferenciado que tiene por razones de género, fomentando el acceso a la información y servicios incluyentes para todas las mujeres.
  • Ante la contingencia sanitaria y el decreto de austeridad establecido por el Presidente de la República a partir de abril, garantizar el presupuesto de los programas orientados a la prevención y atención de las violencias contra las mujeres, así como recursos extraordinarios para el acceso de las mujeres a una vida libre de violencias durante la pandemia.
  • Crear redes de apoyo ciudadanas.
  • Que el Estado implemente acciones intersectoriales y transversales garantizando a todas las mujeres, adolescentes y niñas su derecho a una vida libre de violencias.

Más información:

Red Nacional de Refugios, AC. – www.rednacionalderefugios.org.mx

Presupuesto de Egresos de la Federación 2022

El programa que atiende a estas necesidades son los Refugios especializados para mujeres víctimas de violencia, este subsidio es un caso complicado desde el punto de vista presupuestario. Entre 2016 y 2019, el dinero dispuesto en la convocatoria para este tipo de refugios provenía de la acción “Subsidios para refugios y centros de atención externa de refugios para mujeres víctimas de violencia” del programa presupuestario “Salud materna, sexual y reproductiva” del ramo Salud.

 

En 2020, después de amagar con la desaparición de esta convocatoria el año anterior, el actual gobierno reestructura este rubro para convertirlo en un programa presupuestario del ramo Bienestar. La principal ventaja de esto es que, a diferencia de años previos, a partir de 2020 se podrán comparar los montos aprobados, en Presupuesto de Egresos, y ejercidos, en Cuenta Pública. De esta manera, vigilar la correcta administración de este recurso público será más sencilla.

 

Desde 2020, este programa no ha tenido cambios considerables, en términos reales.  Si se toma en cuenta que la Red Nacional de Refugios reportaba un aumento en la atención a usuarias equivalente a 81% durante los meses de confinamiento más estricto, este recorte podría implicar no tener los suficientes recursos para atender a mujeres víctimas de violencia si llegase a haber una fase crítica similar.

A pesar de este incremento en la operación de los refugios, desde 2020 no hay un aumento significativo del dinero público. En el ejercicio 2022, el Programa de Refugios Especializados para Mujeres Víctimas de Violencia de Género sorteó un sinfín de obstáculos operativos, pues fue hasta el 9 de junio que el dinero público comenzó a llegar a cuentagotas. La Secretaría de Hacienda reconoce que este programa no recibió el 99.4% del presupuesto contemplado para el primer semestre de 2022.

El programa que atiende a estas necesidades son los Refugios especializados para mujeres víctimas de violencia, este subsidio es un caso complicado desde el punto de vista presupuestario. Entre 2016 y 2019, el dinero dispuesto en la convocatoria para este tipo de refugios provenía de la acción “Subsidios para refugios y centros de atención externa de refugios para mujeres víctimas de violencia” del programa presupuestario “Salud materna, sexual y reproductiva” del ramo Salud.

 

En 2020, después de amagar con la desaparición de esta convocatoria el año anterior, el actual gobierno reestructura este rubro para convertirlo en un programa presupuestario del ramo Bienestar. La principal ventaja de esto es que, a diferencia de años previos, a partir de 2020 se podrán comparar los montos aprobados, en Presupuesto de Egresos, y ejercidos, en Cuenta Pública. De esta manera, vigilar la correcta administración de este recurso público será más sencilla.

 

Desde 2020, este programa no ha tenido cambios considerables, en términos reales.  Si se toma en cuenta que la Red Nacional de Refugios reportaba un aumento en la atención a usuarias equivalente a 81% durante los meses de confinamiento más estricto, este recorte podría implicar no tener los suficientes recursos para atender a mujeres víctimas de violencia si llegase a haber una fase crítica similar.

A pesar de este incremento en la operación de los refugios, desde 2020 no hay un aumento significativo del dinero público. En el ejercicio 2022, el Programa de Refugios Especializados para Mujeres Víctimas de Violencia de Género sorteó un sinfín de obstáculos operativos, pues fue hasta el 9 de junio que el dinero público comenzó a llegar a cuentagotas. La Secretaría de Hacienda reconoce que este programa no recibió el 99.4% del presupuesto contemplado para el primer semestre de 2022.